Tito Livio y la reconstrucción de la historia de Roma

 

Tito Livio y la reconstrucción 

de la historia de Roma

Tito Livio es un caso excepcional en el mundo de la historiografía latina. Se diferencia de otros grandes historiadores romanos de la talla de Tácito, Catón o Salustio, porque no desempeñó ningún cargo público ni tuvo un papel protagónico en la vida política romana. Por el contrario, dedicó su vida por entero a registrar, fuera del contexto del poder, la historia de Roma desde su fundación hasta el final de la República, lo que de cierto modo asegura su imparcialidad.

Tenemos escasa información sobre su vida, más allá de lo que intuimos a través de sus textos. Su nacimiento tuvo lugar en el año 64 a.C. en Padua, en la que era en aquellos años la ciudad más importante del noroeste de la península italiana y, teniendo en cuenta los datos del censo del año 19 d.C., la segunda ciudad más poblada del Imperio.

Pertenecía a una familia burguesa acomodada pero no aristocrática. Suponemos que recibió una educación sólida de corte helenístico por lo que se desprende de su obra.

Conocemos muy poco también de su juventud y edad adulta, estando las opiniones divididas porque algunos biógrafos consideran que permaneció toda su vida en Padua, contrariamente a quienes estiman que se trasladó a Roma cuando alcanzó la madurez. De lo que no hay dudas es que desde el año 27 a.C. se dedicó exclusivamente a escribir, lo que permite afirmar que habría conquistado cierta reputación y que estaba muy bien relacionado con la corte imperial.

Se cree que junto a su labor histórica también se dedicó a la oratoria, a la filosofía y a la crítica literaria, aunque no han llegado a nosotros textos que aborden esas áreas. Murió en su ciudad natal en el año 17 d.C. a los 81 años de edad, muy por encima de la esperanza de vida media de aquella época.


 Una titánica recolección histórica

Carátula de uno de los libros que componen Ab Urbe Condita Libri

Tito Livio pasó a la posteridad por su obra monumental “Historia de Roma desde su fundación”, cuyo título original es Ab urbe condita libri, la que reúne textos en 142 libros, de los que han llegado a nosotros treinta y cinco, además de algunos fragmentos sueltos de otros. La obra completa aborda la historia de Roma desde su fundación hasta el año 9 d.C. con el fin de la República. Se desconoce si detuvo su trabajo en ese año de la historia por algún motivo concreto o si la muerte le impidió completar el resto.

Conocemos apenas los contenidos de los libros perdidos a través de resúmenes llamados periochae redactados por autores anónimos.

Una de las mayores controversias en torno a su obra es la que concierne a su estructura y sistemática. No parece clara la división que aplicó a sus libros, además algunos de ellos nos han llegado distribuidos en décadas. Parecería que esta organización  es posterior y es más probable que, de establecer agrupaciones, estas se hicieran en pentadas o grupos de cinco libros. Otro motivo de polémica es el motivo de la diferencia de extensión de algunos libros respecto de otros.

Debido a que Tito no participó activamente en la política de la época y apenas tenemos datos sobre su vida, los estudiosos han extraído los rasgos de su carácter a través de su obra y del ambiente que predominaba en su ciudad natal. De ello se deduce que debió ser un individuo austero, frío y distante, algo arrogante y con principios morales tradicionales, los que eran vigentes en Padua que en esa época era el epicentro del conservadurismo romano.

Su obra no fue concebida por el mero gusto de narrar acontecimientos del pasado, ni por el afán de profundizar en la investigación de los sucesos acaecidos: su finalidad es la de ensalzar los valores de la Roma tradicional para corregir los defectos de la sociedad de su tiempo. Implica un objetivo didáctico y moralizante.

Tito Livio consideraba que la virtud romana había sido degradada hasta alcanzar el estadio decadente del momento en el que escribe, como consecuencia del relajamiento y abandono de las costumbres y tradiciones que hicieron grande a Roma en el pasado. Para revertir esta situación, lo utiliza como ejemplo de las conductas y los valores que deben regir al Imperio y que permiten su regeneración moral.

En ese contexto ético, los hechos y la precisión historiográfica se sitúan en segundo plano, como reconoce el propio autor.

Los primeros libros recogen leyendas sobre la fundación de Roma, dando cuenta de la ausencia de rigor, pues en ellos prima lo fantástico y lo legendario frente a lo real e histórico.

Felice Cattaneo (Italia 1790-1827) “Fastulus entrega a Rómulo 
y Rema a su esposa Lucrecia” Óleo sobre tela.

Sobre el origen de la fundación de Roma cuenta la leyenda que contrariamente a lo planeado por el rey, la virgen Rea, su sobrina,  fue preñada por el dios Marte. Cuando nacieron los gemelos, Amulio quiso que los mataran, por lo que pidió a Faustulus, un porquerizo, que asesinara a los niños. Faustulus dejó a los gemelos a la orilla de un río donde una loba los amamantó, y un pájaro carpintero los alimentó y cuidó hasta que Faustulus los volvió a tomar bajo su cuidado. Los dos niños fueron bien educados por Faustulus y su esposa, Acca Lucrezia. Crecieron para ser fuertes y valerosos.

Escribió Tito Livio:

" Dicen que se llamaba Faustulus; y que fueron llevados por él a su casa y entregados a su esposa Larentia para que los criara. Algunos opinan que Larentia se llamaba Lupa entre los pastores por ser una prostituta común, y por lo tanto se proporcionó una apertura para la maravillosa historia " .

Tito Livio- Libro I


La circunstancia de convertir hechos míticos en hechos históricos tampoco preocupaba a Tito Livio porque su objetivo era otro y la precisión histórica se desplaza en favor del contenido ejemplarizante que transmiten las leyendas.

Donde mejor se percibe el objetivo moralizante del historiador  es en los prefacios que redacta al inicio de algunos de los libros. En ellos expone los principios que rigen su obra, de los cuales el más relevante es la concepción del presente como refugio del pasado y la influencia ejemplarizante de éste. También se destaca dentro de su concepto historiográfico la neutralidad crítica frente a la no historicidad de la tradición legendaria. Reconoce que sus relatos iniciales son fantásticos y carecen de fidelidad histórica, aunque la tengan en el aspecto didáctico: el principio ético de la causalidad de los hechos y la relevancia del valor instructivo del conocimiento del pasado.

A diferencia de los historiadores Tácito y Salustio, no va a tratar sólo episodios concretos sucedidos en los años o décadas próximas, sino que se remontará varios siglos atrás, siguiendo la tradición helénica. Como este enfoque le impide acudir a testimonios directos o documentos oficiales, ha de utilizar como fuentes las obras de otros autores que ya han escrito sobre lo que aborda. Incluso cuando tiene la oportunidad de consultar documentos oficiales, prefiere seguir apoyándose en el trabajo de sus predecesores.

El tratamiento que da a los hechos ha llevado a algunos autores a negarle a Tito Livio la condición de verdadero historiador. Las críticas vertidas sobre su obra muchas veces son duras, siendo acusado de no juzgar de forma crítica a las fuentes y de incluir datos incorrectos, sobre todo cronológicos y geográficos. También se le acusa de un desconocimiento grave del funcionamiento de las instituciones políticas romanas, del contexto económico y del tratamiento de las cuestiones diplomáticas como consecuencia de su nula actividad política, por lo que idealiza a las guerras y al sistema político. En su intensión por ensalzar las glorias pasadas omite hechos, como masacres o fracasos militares, que pudieran enturbiar la imagen del "ethos romano" que pretende transmitir. Por último, se le acusa de carecer de la conciencia del cambio histórico al considerar que los principios y valores sirven tanto para una pequeña ciudad como para un gran imperio.

Tito Livio y el Juramento de los Horacios

Jacques-Louis David “El Juramento de los Horacios” (1784)

El hecho que inspiró la obra de arte que analizamos en nuestro canal de Youtube “El Juramento de los Horacio” también fue objeto del interés de Tito Livio al que se refiere en los siguientes términos:

“Desde el primer choque y chasquido de las armas, una gran emoción atravesó al público; todos perdieron la voz y el aliento. Sin embargo, en medio de la refriega, los tres albanos resultaron heridos y dos romanos cayeron, muriendo uno sobre el otro. Su caída provocó gritos de alegría en el ejército albano; las legiones romanas temblaban por su único campeón, a quien los tres Curiacios habían rodeado. Afortunadamente, estaba ileso, demasiado solo y débil, cierto, para todos sus oponentes juntos, pero formidable para cada uno sin los demás. Para luchar contra ellos por separado, huyó diciendo que cada hombre herido lo persiguiese lo mejor que pudiera. Ya estaba a cierta distancia del campo de batalla cuando giró la cabeza y vio a sus perseguidores muy separados. El primero no estaba muy lejos: se abalanzó sobre él. Horacio ya había matado a su adversario y, victorioso, marchó hacia la segunda lid. Profiriendo vítores, los romanos alientan a su campeón: él, sin darle al último Curiacio, que no estaba muy lejos, la oportunidad de llegar, mató al otro. Ahora la lucha era igual: superviviente contra superviviente; pero ya no tenían la misma moral ni la misma fuerza. Él, dos veces victorioso, caminó con orgullo a su tercera pelea; el otro se arrastró exhausto hasta allí. No fue una pelea: apenas podía el albano llevar sus armas; Horacio le hunde la espada en su garganta, lo derriba.”

Tito Livio Libro I

Las probables fuentes históricas

Como ya dijimos Tito Livio tomaba fuentes bibliográficas de autores anteriores a su época para narrar los hechos en sus textos.

Para su versión de la lucha entre los trillizos Horacio y los Curiacios, las fuentes parecen ser las siguientes:

Quinto Claudio Cuadrigario


Quinto Claudio Cuadrigario  fue un cronista romano de los siglos II y I a. C. Se lo considera como uno de los autores más antiguos que abordaron los anales de la República. Escribió una obra denominada, según las fuentes, "Annales, Historiae o Rerum Romanarum Libri" compuesta por lo menos por veintitrés libros y que comenzaba con el saqueo de la ciudad de Roma por los pueblos galos y termina con la muerte de Sila. Tito Livio basó parte de su obra en el trabajo de este cronista citado por Aulo Gelio  con frecuencia.

Valerio Antias


Cronista romano del S.I a.C. fue un joven contemporáneo de Quinto Claudio Cuadrigario. Su principal aporte consistió en una Historia de Roma, desde la primera época hasta el gobierno de Sila. Constituye un voluminoso trabajo de setenta y cinco libros.
Antias es conocido por sus excesos retóricos, tanto en la narrativa como en las estimaciones numéricas.
No obstante, Tito Lívio utilizó sus informaciones como una de sus principales fuentes, hasta que se convenció de que no era digno de confianza.
De su obra han llegado hasta la actualidad solamente algunos fragmentos.

Polibio


Polibio (Grecia, 200 a. C.118 a. C.) fue un historiador griego, considerado como uno de los más importantes, debido a que fue el primero que escribió una Historia Universal. Su propósito fue explicar cómo pudo imponerse la hegemonía romana en la cuenca del Mediterráneo, mostrando la forma en que se encadenan los sucesos políticos y militares acontecidos en todos los rincones de este ámbito geográfico. Además, fue el historiador antiguo que más ha escrito sobre la historia y sobre la forma de hacer Historia. Será retomado en la modernidad para forjar algunos de los puntos básicos que formaran la disciplina de la Teoría de la Historia.

Sus apreciaciones políticas son consideradas aún hoy como material de estudio en diversas disciplinas, como Ciencias Políticas o las Relaciones Internacionales.

Marco Porcio Catón apodado el Viejo


Marco Porcio Catón ( 234-149 a. C.) fue un político, escritor y militar romano conocido por los apodos de Censor, Mayor, Viejo, Sapiens y Prisco para distinguirlo de su bisnieto Catón el Joven.

Se le considera el primer escritor de importancia en prosa latina y el primer autor de una historia de Italia íntegramente en latín. Algunos historiadores han argumentado que de no ser por el impacto que causaron sus escritos, el griego habría sustituido al latín como lengua literaria en Roma. Su manual "De La agricultura" (también llamado De re rustica) o "Sobre la agricultura" es la única de sus obras que ha sobrevivido hasta la actualidad.

Posidonio


Posidonio (en griego, Ποσειδώνιος / Poseidonios) (c. 135 a. C. - 51 a. C.) fue un político, astrónomo, geógrafo, historiador y filósofo estoico griego, nativo de Apamea, Siria. Fue aclamado como el mayor polímata de su tiempo, aunque ninguna de sus numerosas obras puede leerse hoy en día, puesto que solo han sobrevivido fragmentos.





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